¿A que alguna vez has oído la expresión "por si las moscas"? La utilizamos como un sinónimo de "por si acaso", y seguramente no sabes de dónde viene. Yo te lo voy a contar ahora mismo.
Aunque en realidad hay dos posibles explicaciones al origen de esta expresión, según los expertos. La primera vendría de la costumbre de tapar con un paño los alimentos recién cocinados, cuando se creía que si una mosca se posaba sobre ellos podía echarlos a perder (es cierto que es poco agradable que suceda esto, pero tampoco hay que exagerar). Así, aunque no hubiese ninguno de estos dípteros a la vista, se hacía esto, "por si las moscas".
La segunda explicación es mucho más pintoresca. Vendría de los tiempos en que Felipe II de Borgoña, mientras invadía España, llegó a la región de Girona. Allí, sus hombres se dedicaron a saquear y destrozar, sin respetar siquiera iglesias y sepulturas. Según la leyenda, cuando llegaron a la tumba de San Narciso, patrón de la localidad, y rompieron la lápida, en lugar del cadáver del santo hallaron una nube de millones de moscas furiosas que cayeron sobre los hombres de Felipe II, causándoles muchas enfermedades. El monarca dio entonces la orden a sus hombres de que no tocaran nada más, "por si las moscas". ¡Mejor no hacer el vándalo!
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