Material necesario:
- Un cucharón brillante
- Papel de aluminio
- Bolas plateadas de Navidad
Si has ido alguna vez a un parque de atracciones seguro que te habrás divertido mucho al verte en los espejos deformantes. En una escala más reducida, puedes repetir esa experiencia aprovechando superficies convexas y cóncavas que encontrarás fácilmente en casa.
Busca en la cocina objetos curvos, de metal, y observa cómo te reflejas en ellos. Un cucharón es cóncavo por encima y convexo por el dorso. Pero puedes también recubrir de papel de aluminio, muy estirado, cualquier objeto curvo y obtendrás espejos deformantes que reflejarán tu cara.
Las superficies convexas hacen la imagen más larga y estrecha. Las superficies cóncavas forman la imagen boca abajo y también la amplían. Las bolas grandes de un árbol de Navidad, al ser convexas, forman imágenes semejantes a las del dorso de una cuchara. Además, los espejos convexos permiten ver mucho espacio, por lo que se utilizan a menudo en los retrovisores de los coches para ampliar el campo de visión.
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