Por si la astronomía no fuera ya bastante interesante, hoy os proponemos una forma para hacerla todavía más atractiva... y rica, muy rica. Con unas cuantas chuches y algunos palitos de chocolate, hemos dado vida a algunas constelaciones de nuestros cielos. Los más peques de la casa pueden empezar así a aprender las más sencillitas y fáciles de encontrar, o por lo menos pasar un rato entretenido montándolas
¡y luego comiéndoselas!
¡y luego comiéndoselas!
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