Formas de dispersar frutos y semillas
¿Os habéis parado a pensar cuál es la función de los frutos que producen muchas plantas? No los forman para que nosotros nos alimentemos y estemos sanos (que también): nuestros compañeros vegetales tienen otras intenciones "ocultas"...
La función de los frutos es dispersar las semillas. Si no lo hicieran, sus hijos crecerían demasiado cerca, y - como no los pueden mandar lejos cuando son mayores, como hacen los animales - estarían siempre compitiendo con sus padres por el agua y los minerales del suelo.
Hay varias formas de dispersión. Por ejemplo, algunas plantas como el diente de león confían al viento (en griego "anemos") la dispersión de sus semillas: estaríamos hablando de una dispersión anemócora ("chóros", también del griego, significa "lugar"). Otras, como los cocoteros, dejan sus frutos al capricho de las aguas (dispersión hidrócora). Y otras confían sus frutos y sus semillas a los animales (dispersión zoócora). En estos últimos casos, el fruto puede ir enganchado al animal (dispersión ectozoócora, del prefijo "ecto", "exterior") o ingeridos (dispersión endozoócora, del prefijo "endo", "interior"). Para terminar nuestro repaso, mencionaremos a aquellas que se han vuelto dependientes de la diseminación por parte del hombre, en cuyo caso la llamaremos dispersión antropócora (de "antrópos", "hombre").
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