Con la llegada del frío, los pajaritos lo tienen más difícil para encontrar comida. Es cierto que en el bosque y la montaña ellos saben dónde encontrar comida (¡mejor que nosotros!); sin embargo, en las ciudades hemos alterado tanto el medio que puede resultar un auténtico desafío, sobre todo para los pollos de este año. Por eso tampoco viene mal si les echamos una mano con algún comedero artesanal en el que puedan picotear algunas pipas, semillas o frutos secos o un poco de fruta. Hay muchos modelos posibles, algunos muy trabajados y otros más sencillotes, pero en todos podemos aprovechar materiales que tengamos por casa y a los que podemos dar una segunda vida. Aquí os ponemos algunas sugerencias (todas las fotos cogidas de Pinterest).
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