La curruca cabecinegra (Sylvia melanocephala) es un ave paseriforme con una distintiva cabecita negra y babero blanco, y cuyo cuerpo tiene un color pardogrisáceo poco llamativo. Eso los machos, claro, porque como es costumbre entre las aves, la hembra tiene una coloración mucho más discreta, casi por completo grisácea. Mide unos 13cm, y si alguna vez te encuentras con alguna, a lo mejor te interesa saber que...
* Fue descrita y nombrada oficialmente por primera vez por Johann Friedrich Gmelin, un naturalista y químico alemán, en 1789.
* Les gusta mucho moverse entre arbustos espinosos, pero también ocupan zonas ajardinadas y de parques, siempre y cuando haya sitios para esconderse.
* Son muy inquietas, pero rara vez se las ve realizando vuelos largos.
* Se alimentan de insectos, sobre todo de saltamontes y larvas de mariposas. Tampoco le hace ascos a algunos frutos o granos de cereales.
* Pone entre 3 y 5 huevos, de color claro con pecas marrones.
* El fondo de sus ojos, de color rojo, le ha valido su nombre italiano de
* Las currucas cabecinegras son un ejemplo que puede ajustarse a la llamada "regla de Gloger", un principio empírico según el cual, dentro de los animales homeotermos, los individuos de lugares más húmedos tendrían coloraciones más oscuras, y los de zonas más secas, colores más claros. Puedes descubrir más sobre este concepto aquí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario