Ya estamos en verano, y con él regresan el calor sobre nuestros campos a menudo tapizados de pastos secos. Es una época en la que tristemente se repiten noticias de incendios en los que se pierden hectáreas de monte y en ocasiones irrecuperables vidas humanas. Pero sin duda, lo más trágico de todo es que la mayoría de estos incendios tienen su causa en el hombre. Unas veces son intencionados y otras por accidentes que podían haberse evitado de haber actuado con sensatez y sentido común.
Las medidas que están en nuestra mano para que estas tragedias no sucedan son sencillas: no arrojar al monte ni por la ventanilla del coche colillas encendidas, y sobre todo, NUNCA NUNCA encender fuego en el monte salvo que haya carteles que indiquen expresamente que podemos hacerlo. Muchos incendios han sido causados por personas que afirmaban saber encender un fuego, hacer un barbacoa en sitios inapropiados (porque "de toda la vida se ha hecho aquí") o se han marchado luego sin apagar bien los rescoldos. Creednos, nosotros hemos estado en un monte tras un incendio, y lo que vimos no justifica para nada ninguna barbacoa de ningún individuo que asegurara que controlaba la situación.
Así que tenedlo presente: la prudencia es de gente inteligente, y ciertas cosas, una vez que suceden, no tienen remedio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario