Ya se va acercando el verano, y con la llegada de la época estival proliferan las actividades destinadas a que los niños aprendan cosas sobre la Naturaleza y se involucren en su cuidado. Los campamentos que se organizan en distintos lugares son un buen comienzo para que los más peques de la casa disfruten de sus primeras experiencias en el medio natural.
Nosotros, en nuestro papel de educadores ambientales, hemos dirigido numerosas de estas actividades y nos hemos traído un montón de anécdotas que contar. La primera de todas que os vamos a relatar fue el día en que en plena Dehesa de la Villa (Madrid) nos encontramos con una muda de culebra bastarda y con su dueña bien cerca. Íbamos con un grupo de chavales, y cual fue nuestra sorpresa al ver que en este lugar, en plena ciudad, había una enorme culebra junto a una muda reciente. Los niños se quedaron perplejos, pero sabiendo cómo hay que contarles las cosas, el susto del momento no fue a más, incluso se detuvieron un buen rato a observarla, hasta que la protagonista de la escena se marchó y finalmente pudimos coger su piel. Y es que era grandecita, ya que esta especie de culebra es la más grande de la Península Ibérica. Aquí podéis ver cómo la camisa de este reptil superaba en tamaño la altura de una de las niñas que vino con nosotros en ese campamento.
Si alguna vez os encontráis una culebra bastarda (o cualquier otra serpiente) en el campo o en algún parque no hay motivos para tener miedo, basta con mantener una distancia prudencial y observarlas sin molestarlas. Lo que no hay que hacer bajo ningún concepto es intentar cogerlas.
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