Desde este nuevo blog podréis conocer muchas cosas relacionadas con el Medio Ambiente: cómo caminar por la montaña, rutas de senderismo, curiosidades de flora y fauna, experiencias y anécdotas vividas... y un sinfín de ideas útiles que nos brinda cada día nuestra Naturaleza.

lunes, 16 de junio de 2014

Por el Alto Tajo y sus alrededores - II -

Este fin de semana, como os habíamos adelantado, hemos estado de viaje con una excursión de Geodidac organizada por nuestro amigo Pablo Muñoz. Pero no por un sitio cualquiera, sino por uno de los rincones más bonitos de nuestra geografía, y con un enorme interés geológico. Tanto es así que en esta región de la Península pueden encontrarse terrenos desde Paleozoicos hasta Cenozoicos; de hecho, el lugar ha sido catalogado como Geoparque dentro de la red Europea.

El sábado nos levantamos bien prontito por la mañana: habíamos quedado con el resto del grupo en Molina de Aragón a las nueve, y eso obligaba a un pequeño sacrificio en tiempo de sueño. Pero esas pequeñas molestias se olvidan cuando vuelves a reunirte con los viejos conocidos de otras excursiones, y cuando te presentan caras nuevas. Como todo el mundo llegó puntual, Pablo nos entregó el material, nos puso al corriente de lo que íbamos a hacer en los dos días y encabezó la marcha hacia el primero de los lugares.
 
Aunque la excursión estaba orientada hacia la geología, no nos faltó tiempo para observar también la flora y la fauna. Pudimos ver y en algunos casos fotografiar martinete, alimoche (que, debido a la distancia, se quedaron en fotos testimoniales), garceta, orquídeas, buitre leonado, mariposas, caballitos del diablo, libélulas, aviones vencejos e incluso una hermosa y peligrosa flor de beleño.
 
Comenzamos nuestra geoexcursión en un pueblo llamado Chequilla, donde pudimos ver una fabulosa Ciudad Encantada menos famosa quizás que la de Cuenca, pero con la particularidad de haber sido labrada en areniscas, en lugar de las típicas calizas. De allí nos trasladamos a otro paraje donde nos esperaba una sorpresa aún mayor: una curiosidad geológica conocida como "dropstone".

¿Que no sabéis lo que es un "dropstone"? No os preocupéis, porque geólogos muy sesudos aún se están preguntando cómo una roca que no tiene nada que ver con el estrato que la rodea pudo haber quedado enterrada allí donde está. Hay teorías sobre glaciaciones y viajes en un iceberg... pero si queréis conocer la historia completa, tendréis que ir allí y verlo con vuestros propios ojos.

Tuvimos ocasión de ver después unas maravillosas tobas calcáreas, fósiles de graptolitos (unos diminutos animalillos pelágicos y coloniales cuyas tecas quedaron conservadas para la posteridad en pizarras ampelíticas) y de braquiópodos, bivalvos y belemnites de más especies de las que podíamos contar ¡La de tesoros que hay por ahí si uno sabe dónde mirar!

Tanta búsqueda geológica nos dejó con hambre, así que regresamos a Molina de Aragón para reponer fuerzas con una opípara comida, tras la cual, sin tiempo ni siquiera para echar la siesta, nos dirigimos a un yacimiento de yesos y aragonitos, cuyos cristales prismáticos nos mostraban que la Naturaleza es una auténtica amante de las matemáticas. Y como hay que prestar atención tanto a lo grande como a lo pequeño, de allí nos fuimos a un mirador desde el cual se mostraba un impresionante paisaje de dolomías excavadas por el río.

Vuelta una vez más a Molina de Aragón, con el tiempo justo para darnos una ducha y quitarnos el polvo del camino, y luego ir, bien guapetones, a visitar el maravilloso museo montado gracias a un trabajo ímprobo y generosas donaciones.

Y hasta aquí os contamos. Mañana, la segunda parte de la crónica ¡No os la podéis perder! De momento, os dejamos con las fotos del día.









































































































































 
 
 
 
















 


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