Abedul: árbol propio de los bosques húmedos y turbales, fácilmente identificable por su corteza, a veces ligeramente rosada o verde pálido y que al desprenderse descubre coronas de color antracita. La base del tronco es gris y rugosa, las ramas presentan pequeñas verrugas. Sus hojas son caducas y de bordes dentados, que se tornan de color amarillo oro en otoño; de flores amarillas. La decocción de hojas y yemas de abedul, a razón de 100 gramos por litro de agua, es diurética y purificadora, y disuelve el ácido úrico. Indicado para la hidropesía (retención de líquidos), artritis, reuma, uremia, inflamaciones renales y urinarias.
Acacia: árbol rústico de climas cálidos. Su tronco es rugoso y sus hojas caducas; sus flores, de color blanco o rosa, recuerdan con su aroma el de las flores del naranjo. Sus frutos recuerdan a las judías. El ungüento de flores de acacia se emplea contra la migraña, y el cocimiento de la raíz de este árbol combate la tuberculosis.
Acebo: arbusto o árbol que alcanza de 3 a 10 metros de altura. Su corteza es lisa y tiene hojas de color verde oscuro por el haz y verde pálido por el envés. Sus flores son pequeñas y blancas. Sus frutos son bayas esféricas de color rojo vivo que maduran en otoño y siguen presentes en invierno. Indicado par el reumatismo, artritis, bronquitis crónica y fiebres intermitentes.
Achicoria: planta vivaz rígida, muy común en los terrenos baldíos y lugares secos. Se reconoce por sus tallos duros poco ramificados y sus flores de hermoso color azul intenso. Indicada para insuficiencia renal, astenia, reuma, estreñimiento, afecciones hepáticas, diabetes, edemas y gusanos intestinales.
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