Tras mostraros en la anterior entrada de "Los pequeños detalles" una ooteca de hemíptero hoy os enseñamos a un anfibio chiquitito.
En una de nuestras excursiones durante este verano tuvimos la suerte de que un pequeño sapo se subiera a nuestro brazo y estuviera ahí quieto durante un rato. No medía nada más que un centímetro, menos de la mitad de nuestro dedo meñique... pero posó como si no le importara.
La Naturaleza nos muestra en los pequeños detalles todo un micromundo bien rico y diverso por explorar, solo hay que ir atentos para darnos cuenta de que tras lo pequeño se esconde una grandeza que lo inunda todo.
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