Hoy vamos a enseñaros unas nociones básicas para aprender a dibujar lo que podamos encontrar en nuestros paseos por el campo. Dibujar al natural requiere práctica, más que nada porque, a no ser que se trate de una planta o algo inanimado, nuestro "modelo" puede decidir dejar de posar antes de que hayamos terminado. Por eso es buena idea entrenarse a partir de fotografías.
En primer lugar, y armados con una hoja, un lápiz y goma de borrar, trazamos las formas básicas. No te preocupes si algunas líneas salen imprecisas o se montan unas encimas de otras. Esta parte es solo una forma de abocetar el conjunto. Presta atención no solo a las formas de cada parte, sino a la proporción entre ellas: toma referencias del estilo "el abdomen es cuatro veces la cabeza".
En el siguiente paso, borra con cuidado las líneas innecesarias y añade los detalles más importantes. Intenta reproducirlos lo más fielmente posible: no solo dará más calidad a tu dibujo, sino que te servirá para memorizar las características del animal que estás dibujando. En otras palabras, si estás dibujando una mariposa, no te limites a dibujar "unas" manchas en las alas sino "las" manchas que identifican a tu especie.
Finalmente, añade los detalles más precisos, un poco de sombreado para dar volumen y, si quieres, algún elemento de fondo para situar el dibujo ¡Ah, y no te olvides de dejar tu firma!
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