Para animar a los niños a que coman un poco de todo, no hay nada como decorar los platos de forma divertida. Hoy os enseñamos este simpático huevo frito que se ha convertido en todo un solete bien gracioso. Basta con freír el huevo y decorarlo con tomate frito o kétchup. La yema hace las veces de sol y la clara es como si fuera un lecho de nubes sobre el que reposa.
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