Madrid sin coches
Hoy entra en vigor la medida "Madrid Central", consistente en restringir la entrada a un gran número de vehículos al centro de la capital con el objeto de disminuir los niveles de contaminación. Es la primera iniciativa que se pone en práctica dentro del Plan A de Calidad del Aire y Cambio Climático, y se espera reducir en un 40% las emisiones y reducir un 20% del tráfico. Se espera además que incentive el uso del transporte público y la bicicleta, disminuya la contaminación acústica, permita una remodelación urbanística de algunos puntos - como Atocha o Gran Vía - y, en general, mejore la calidad de vida de residentes y transeúntes.
La medida, como era de esperar, no gusta a todos. Algunos sectores se sienten perjudicados, ya que los negocios prevén dificultades en las rutas de suministros y un descenso del público. Y aunque se han establecido algunas medidas excepcionales y moratorias para disminuir estos inconvenientes, está claro que la decisión no será popular para muchos. Sin embargo, sin ánimo de parecer insensibles a estas objeciones, invitamos a una reflexión: el problema de la contaminación está ahí y es indiscutible, como también lo es la crisis energética y el cambio climático. El tiempo en que se podían haber prevenido estos impactos con medidas leves ya quedó atrás sin aprovechar, y cuanto más esperemos para actuar, más "draconianas" tendrán que ser las soluciones para que resulten efectivas. No vamos a arreglar esto sin sacrificio, y mucho menos mirando hacia otro lado o negando la realidad. Será necesario pensar cómo seguir hacia delante, aceptando ciertas incomodidades (o convirtiéndolas en nuevas opciones). Al fin y al cabo, como dicen los japoneses, "crisis" es sinónimo de "oportunidad".
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