Paseando por la ciudad nos hemos encontrado en un rincón un pollo de vencejo. El pobrecito no había sobrevivido... Y es que en esta época en la que las nidadas de la primavera han salido adelante y los jóvenes empiezan a abandonar los nidos, no todos tienen suerte... Por nuestra parte, si nos encontramos un pollito abandonado, o que nos parece abandonado, lo mejor es dejarlo tranquilito, porque muchas veces, aunque no nos demos cuenta, los padres están pendientes de él, y podríamos hacer más mal que bien intentando ayudarlo.
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