Comenzamos la crónica de lo que ha sido la excursión geológica por Burgos y sus Merindades. Como en anteriores ocasiones, quedamos por la mañana en un punto de encuentro, un hostal en el pueblo de Sotopalacios. Una vez reunido el grupo, nuestro guía nos explicó con su habitual buen humor el programa del día, y acto seguido enfilamos hacia una turbera, un lugar donde actualmente se está formando carbón a partir de restos vegetales enterrados en condiciones anóxicas. Aunque el estado del terreno no nos dejó acercarnos tanto como nos habría gustado, por lo menos fue un paseo agradable para desentumecer las piernas...
De camino a nuestra siguiente parada vimos desde la carretera el valle ciego de Basconcillos del Tozo, un lugar donde el río ha formado galerías que han terminado colapsando sobre sí mismas, dejando en superficie torcas y dolinas que son testigo de la actividad del agua sobre la roca. Después fuimos al campo petrolífero de Ayoluengo, para poder observar cómo una de las bombas extraía el negro combustible que, sin embargo, no será sometido a refinado, sino que se utilizará en bruto en la fábrica de vidrio de Burgos.
Antes de ir a comer, hicimos una parada en terrenos cretácicos, donde Pablo, nuestro geólogo de cabecera, nos explicó los ecosistemas que podían encontrarse allí mismo hace más de 65 millones de años. Causa impresión imaginarse todo lo que te rodea como un mar poco profundo bullente de vida.
Tras una apetitosa comida, cogimos los coches para visitar la iglesia rupestre de Presillas, excavada en roca arenisca, con sus arcos, columnas y capillas laterales. Una auténtica obra de arte en su aparente tosquedad.
Pero lo mejor aún estaba por llegar. En Orbaneja del Castillo pudimos contemplar cómo la Naturaleza ha moldeado sus caprichosas formas en la caliza, ofreciendo a la vista puentes, pináculos e incluso un curioso perfil que recuerda a dos camellos dándose un beso. Tolbas, tobas calcáreas, torreones y travertinos nos demuestran una vez más el extraño y hermoso fruto que nace de la unión del agua y la piedra.
Para el resto de la tarde tuvimos visitas a más playas y océanos ¡con la imaginación, claro está! Pisamos allí donde hubo cangrejos, alveolinas (unos pequeños foraminíferos del principio de la era terciaria) y rudistas, unos curiosos "falsos corales", que fueron en realidad bivalvos como nuestros berberechos de hoy en día, pero imitando las formas que pueden encontrarse en los arrecifes coralinos tropicales. No se nos quedó sin visitar un dolmen bastante bien conservado, datado de tiempos neolíticos.
El día dio de sí, así que nos retiramos a Villarcayo, donde tomamos una cena contundente y nos fuimos a la cama, que tocaba descansar. En la próxima entrada os contamos la siguiente jornada. De momento, os dejamos con una buena muestra de fotos de nuestra geoexcursión.
De camino a nuestra siguiente parada vimos desde la carretera el valle ciego de Basconcillos del Tozo, un lugar donde el río ha formado galerías que han terminado colapsando sobre sí mismas, dejando en superficie torcas y dolinas que son testigo de la actividad del agua sobre la roca. Después fuimos al campo petrolífero de Ayoluengo, para poder observar cómo una de las bombas extraía el negro combustible que, sin embargo, no será sometido a refinado, sino que se utilizará en bruto en la fábrica de vidrio de Burgos.
Antes de ir a comer, hicimos una parada en terrenos cretácicos, donde Pablo, nuestro geólogo de cabecera, nos explicó los ecosistemas que podían encontrarse allí mismo hace más de 65 millones de años. Causa impresión imaginarse todo lo que te rodea como un mar poco profundo bullente de vida.
Tras una apetitosa comida, cogimos los coches para visitar la iglesia rupestre de Presillas, excavada en roca arenisca, con sus arcos, columnas y capillas laterales. Una auténtica obra de arte en su aparente tosquedad.
Pero lo mejor aún estaba por llegar. En Orbaneja del Castillo pudimos contemplar cómo la Naturaleza ha moldeado sus caprichosas formas en la caliza, ofreciendo a la vista puentes, pináculos e incluso un curioso perfil que recuerda a dos camellos dándose un beso. Tolbas, tobas calcáreas, torreones y travertinos nos demuestran una vez más el extraño y hermoso fruto que nace de la unión del agua y la piedra.
Para el resto de la tarde tuvimos visitas a más playas y océanos ¡con la imaginación, claro está! Pisamos allí donde hubo cangrejos, alveolinas (unos pequeños foraminíferos del principio de la era terciaria) y rudistas, unos curiosos "falsos corales", que fueron en realidad bivalvos como nuestros berberechos de hoy en día, pero imitando las formas que pueden encontrarse en los arrecifes coralinos tropicales. No se nos quedó sin visitar un dolmen bastante bien conservado, datado de tiempos neolíticos.
El día dio de sí, así que nos retiramos a Villarcayo, donde tomamos una cena contundente y nos fuimos a la cama, que tocaba descansar. En la próxima entrada os contamos la siguiente jornada. De momento, os dejamos con una buena muestra de fotos de nuestra geoexcursión.
Entre las piedras...
Iglesia rupestre de Presilla |
... De muchas formas...
Modelado kárstico |
Un delicioso tiramissú para endulzar la cena |
A punto de entrar en la cueva |
... Nos encontramos con el pasado ...
Un dolmen funerario del neolítico |
... Caminamos por la Geología...
Hacemos piernas |
... Vemos cosas espectaculares...
Las pozas calizas de Orbaneja del Castillo |
... Entre rocas de todo tipo...
A la izquierda, el "Beso de los camellos" |
... Con mucho entusiasmo...
En la Ermita de San Bernabé |
No descuidamos la historia y la cultura |
... Visitamos una cueva...
400 metros de cueva visitables de más de 100.000 |
La ermita rupestre de San Bernabé |
... Con mensajes reivindicativos...
... En el Ojo Guareña...
Nos pertrechamos con un buen casco |
... El sitio es muy bonito...
El paraje acompaña |
... Lleno de cosas curiosas...
Una sámara de arce |
A punto de entrar |
... Con flores de otoño...
Una flor de quitameriendas |
... Disfrutando del entorno...
En el pueblo de Puentedey |
Otra vista de Puentedey |
... Con rincones mágicos...
La Naturaleza en todo su esplendor |
... Y zonas muy interesantes...
Donde desaparece el río |
Dejamos atrás San Bernabé |
...Y descansando nos quedamos
hasta la siguiente entrada
En el hotel antes de la cena |
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