Todos los que leéis esta entrada seguramente dando un paseo por algún parque cercano habréis visto alguna vez una caja nido. Se trata de estructuras de madera semejantes a una casa, pero en pequeñito, hechas para que puedan ser ocupadas por distintas especies de aves. Con ellas se les facilita que tengan la puesta de huevos, pues muchas veces y, sobre todo en entornos urbanizados, no les es tan sencillo encontrar material para el nido o que en los árboles haya suficientes huecos disponibles. Ahora con la llegada de la primavera se suelen colocar cajas nido nuevas para ayudarlas en la tarea de criar a sus polluelos.
No sirve cualquier caja, tiene que tener unas medidas precisas y ser de una calidad aceptable, ya que como va a estar a la intemperie se pueden deteriorar. Existen diferentes modelos y tamaños para según qué especies de aves se trate.
Nosotros, hace ya un tiempo, participamos en una actividad de revisar cajas nido. Viene muy bien para estudios poblacionales o para comprobar cómo según qué ave sea elige un determinado hábitat para hacer su nido. También como herramienta de Educación Ambiental, para concienciar a la gente de que cuiden más de las aves y explicarles cuando vean una caja nido el porqué está ahí y para qué se utiliza. Estas actividades de seguimiento se pueden hacer en varias épocas del año, para determinar cuándo la población de esa especie alcanza su grado óptimo de reproducción y ver a qué factores se debe.
Cuando estás en estas actividades hay momentos únicos e irrepetibles, que solo ocurren en plena Naturaleza: abrir la caja nido y encontrarse con todas esas ramitas entrelazadas a la perfección mezcladas con algún que otro plumón de los polluelos. O ver cuántos huevos hay en ese momento. O incluso coincidir con algún recién salido del cascarón. A los niños les encanta, no siempre pueden ver pollitos de escasos días tan de cerca.
Hay que evitar abrir las cajas nido sin saber hacerlo, esto corresponde a la gente que tiene conocimientos suficientes para ello. Si en algún momento vemos a alguien manipulando las cajas, tendremos que confirmar que son personas cualificadas y no con malas intenciones. Tampoco hay que coger y tocar demasiado a los polluelos. Si la madre está cerca podría recelar de nosotros y dejar de alimentarlos. Lo mejor es no interferir demasiado y ser rápidos, pero eficaces, abriendo las cajas y dejándolas como las encontramos al principio.
Algunas veces hay sorpresas... puede ser que en la caja nido haya algún "inquilino" que no sea un ave. En ese caso, dependiendo de lo que sea, deberemos actuar con prudencia, pues a lo mejor nos llevamos un buen mordisco.
Os dejamos con unas cuantas imágenes
del día en el que participamos en la actividad de revisar cajas nido.
Una caja muy bien ocupada |
Dos pequeños polluelos |
Estos algo más mayorcitos |
Un huevo pequeñito |
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