Desde este nuevo blog podréis conocer muchas cosas relacionadas con el Medio Ambiente: cómo caminar por la montaña, rutas de senderismo, curiosidades de flora y fauna, experiencias y anécdotas vividas... y un sinfín de ideas útiles que nos brinda cada día nuestra Naturaleza.

domingo, 6 de noviembre de 2016

Otoño en La Selva de Irati y mucho más - III -

Los dos días siguientes de nuestro viaje por tierras navarras los dedicamos a ver en profundidad La Selva de Irati, como os comentamos en la anterior entrada. Con la escasez de horas de luz, no podíamos perder mucho tiempo, así que tocaba madrugar para poder aprovechar al máximo. El contraste térmico del frío matutino al calor (sí, esta es la palabra, calor a estas alturas del año...) que hacía a mediodía invitaba a ponerse varias capas de abrigo, pero no muchas... también el sol fue el protagonista durante casi todo nuestro viaje, salvo la última jornada, ya de camino de vuelta con una parada que hicimos para ver Las Bardenas Reales, bajo la niebla, eso sí. 

Así que después de un buen desayuno en nuestro alojamiento en Bizkarreta pusimos rumbo hacia Orbaizeta, uno de los dos puntos desde los cuales se puede acceder a La Selva de Irati. Cuando llegamos ya había bastante gente por los alrededores, pero la cantidad de personas fue ingente luego terminada la ruta y ya más entrado el día. Elegimos un sendero cortito, pues teníamos la idea de hacer paradas constantes para tomar fotos. Y si normalmente se tarda unas dos horas en terminar el recorrido, nosotros le echamos casi el doble. Es imposible no detenerse a admirar la majestuosidad del paisaje evocadoramente bello y repleto de contrastes, a cada momento surge una bonita ocasión para sacar la cámara... pero, por mucho que la foto capte toda esa belleza, no es para nada comparable a estar allí viviéndolo, sintiendo la magia de Irati... es un lugar excepcional para hermanarse con el bosque, sus habitantes y sus leyendas. Tras comer en La Selva de Irati, nos decidimos a darle a nuestra visita un toque histórico y nos fuimos a Francia a conocer Saint Jean de Pied de Port, un pueblo medieval lleno de encanto y rincones especialmente bonitos. Conseguimos aparcar con mucha suerte, porque, una vez más eso estaba a reventar de turistas y, tras un largo paseo por sus callejuelas y hacer más fotos, volvimos para Bizkarreta.

El día siguiente, tercero de los cuatro que anduvimos por la zona, también tocaba empaparse de otoño en La Selva de Irati, pero esta vez desde el otro punto de acceso, Ochagavía. No solamente es espectacular el paraje en sí, la carretera hasta llegar es igualmente rica en colores y está llena de estampas. Desde Bizkarreta a Ochagavía hay un largo trecho y por carreteras bastante sinuosas, aunque en muy buenas condiciones. Tras recorrer el puerto de montaña de Tapla, pagar la cuota de aparcamiento, calzarnos las botas y abrigarnos solamente un poquito, nos pusimos a hacer la senda del Bosque de Zabaleta. Todas las sendas en Irati están muy bien señalizadas con multitud de marcas por el camino. También el lugar cuenta con puntos de información que facilitan un plano bastante bueno de la zona. Sin lugar a dudas, el sitio está muy bien pensado para acoger a los visitantes. El Bosque de Zabaleta es solamente una de las muchas sendas que parten desde el aparcamiento. Tras unas tres horas, porque íbamos despacito, volvimos al pueblo de Ochagavía y degustamos una ricas raciones para reponer fuerzas, pues luego teníamos la intención de ver La Foz del Lumbier. Llegamos a Lumbier sin problema y se notaba bastante que en este sitio, pese a que también había gente, no era el mismo volumen de personas que en La Selva de Irati. También pagamos por el aparcamiento una cuota razonable, lo cual nos parece bien porque lo recaudado se destina a la conservación y mantenimiento del lugar. Decir que Las Foces son el paraíso de la Geología es decir poco... con unos imponentes cortados calizos que invitan a alzar la mirada y sentirse pequeñitos bajo su embrujo, no desmerece para nada a La Selva de Irati. Si a esto le añadimos la cantidad de buitres que sobrevuelan nuestros pasos, de nuevo la magia nos envuelve a cada momento. Pero no solo pudimos ver y admirar a los buitres, a ras de suelo un simpático petirrojo nos deleitó posando bien coqueto durante varios minutos... tenemos unas cuantas fotos de él que ya os enseñaremos en la siguiente entrada. 

La senda por Lumbier es bastante sencilla, muy transitable y muy rica en todo tipo de matices y detalles naturales... tanto de flora como de fauna y, por supuesto de rocas, se puede disfrutar y aprender. Y mucho más hay que añadir al embrujo de Lumbier: sus dos túneles ponen un toque de misterio y misticismo que, siendo el día de difuntos, no dejaron de aportar la chispa de humor (Almu se prestó a unas cuantas bromas...) y, por qué no, un poco de miedo, envolviendo la escena. Si a eso sumamos que mientras atravesábamos de vuelta uno de los dos túneles cuatro curas entonaban unos cantos gregorianos (en latín, claro, no podía ser de otra manera) bajo una voz melodiosa y una acústica soberbia... el efecto de ambiente lleno de solemnidad fue el mejor broche para cerrar la jornada. Se nos pusieron los pelos como escarpias en ese instante...

En todos los sitios que vamos siempre le dedicamos tiempo a la observación de fauna y flora, y en este caso no iba a ser menos... pero para no alargar mucho más el relato dejamos pendiente para la siguiente entrada  pormenorizar una lista de lo visto/oído en los distintos enclaves. De igual manera, tenemos unas cuantas imágenes que procesar antes de enseñároslas... así que será en breve cuando os mostremos mucho más de lo que dio de sí nuestra salida por Navarra y un poquitín de Francia. Hasta entonces os dejamos ahora con varias fotos, ya sabéis que para verlas en grande basta con pulsar sobre ellas. 

   















































  

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