Aprovechando que hoy ha hecho ligeramente menos calor que días precedentes, hemos cogido la mochila y hemos puesto dirección al pueblo de Navalafuente, donde una ruta circular de unos quince kilómetros nos permite llegar a Valdemanco y volver, viendo de paso algunos puntos muy interesantes por el camino.
En Navalafuente se puede dejar el coche en un pequeño aparcamiento que queda a la altura del número 37 de la Calle Real, donde nos da la bienvenida el Monumento al Senderista. Si se llega pronto, no hay problema de sitio. Desde allí hay que dirigirse a la Iglesia de San Bartolomé; si la rodeamos dejándola a la izquierda encontraremos un camino de tierra que sale del pueblo, y es por el que empezaremos a andar.
La ruta está señalizada con flechas y dibujos de lagartos de color turquesa. El camino no está mal indicado, aunque en algunos puntos se echan en falta los hitos. También encontraremos varios paneles - no sabemos si muy nuevos o muy bien conservados - donde un simpático lagarto ocelado nos explica cosas interesantes cobre nuestra ruta, como los oficios antiguos, la fauna que podemos encontrar o la biología de las plantas aromáticas.
Justo cuando estamos saliendo del pueblo, encontramos una señal que nos desvía poco más de cien metros hacia la Cascada del Cancho, una pequeña garganta granítica con pequeños saltos de agua y pozas. Nosotros la hemos encontrado con poquita agua, pero aún así es un rincón que merece la pena apartarse un momento del camino para verlo.
El camino hasta Valdemanco va más o menos paralelo al Arroyo Albada, a veces alejándose un poco de él. En algunos puntos, avisamos, nos encontramos con vegetación un poco densa. Agradeceréis llevar pantalón largo. Si seguís las señales, acabaréis en una impresionante cantera de granito. Bordeadla dejándola a la izquierda y pronto daréis con otra señal para retomar la ruta.
Durante los trayectos de ida y vuelta no hay fuentes, así que hay que llevar buena provisión de agua. Hay tramos con sombra y otros más pelados. Nosotros hemos tenido suerte, y aunque ha sido un día de verano, las nubes y el viento han colaborado para que nuestro caminar no sea tan pesado. Aún así, seguramente la ruta luzca mejor en primavera u otoño, épocas en las que la cascada del Cancho llevará más agua.
El camino de vuelta desde Valdemanco tiene varias alternativas. Nosotros íbamos con la idea de probar alguna, pero al final las señales nos han dirigido al mismo camino de ida, y por no tentar a la suerte lo hemos seguido hasta Navalafuente.
A pesar del calor, hemos tenido ocasión de ver fauna: lagartijas colilargas, algunas libélulas y caballitos del diablo (la de la foto está pendiente de identificar), muchas golondrinas comunes y dáuricas, chochines, juguetones abejarucos, una majestuosa águila calzada, cuervos, jilgueros, petirrojos, mirlos, rabilargos, un alcaudón común, y muchas mariposas revoloteando a nuestro alrededor.
Si queréis ver un mapa de la ruta, podéis encontrarlo en esta página. Os dejamos ahora con las fotos del día. Ya sabéis: para verlas en grande solo tenéis que pulsar sobre ellas. ¡Disfrutadlas!
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