Muchos compositores se han inspirado en la naturaleza para crear sus obras, pero estas fuentes de inspiración no tienen por qué ser siempre amaneceres fastuosos o animales imponentes. En 1819, el músico austriaco Franz Schubert compuso esta singular pieza, titulada "La trucha" (y con solo veintidós años). ¿Listos para escucharla? Pues... ¡Música, maestro!
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