Que nos gusta salir al campo para
pasar nuestro tiempo libre, es algo ya sabido por los lectores que habéis visto
otras entradas de nuestro blog. Una vez más, ayer sábado, aprovechamos la
mañana para perdernos por un lugar que irradia Naturaleza por muchos de sus
rincones. Decidimos volver a recorrer varios parajes de la Sierra Oeste.
Y, aunque ya nos habían avisado de que el calor iba a ser un elemento a
tener muy en cuenta para no exponerse mucho al sol, no nos lo pensamos dos
veces y fuimos para allá. Crema solar, agua abundante y buscar zonas de sombra,
son recomendaciones que no hay que saltarse en estos casos.
Llegamos al lugar de inicio de la
ruta a las 8:00. La ermita de San Antonio de Padua señalaba el punto de partida
de nuestro camino, que bendecido desde el principio por un sol de pleno ya
desde esas horas, nos fue acompañando como si no nos quisiera quitar ojo en
ningún momento. Nos asomamos a través del pórtico y vimos varias vidrieras que
iluminaban el interior de la sala. El silencio solamente roto por el trino de
algunos pájaros, nos arropaba e iba marcando nuestros pasos.
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Comienzo de la senda |
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La ermita es el punto de encuentro |
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De lo espiritual y lo natural |
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A los pies del camino |
Nada más echarnos a andar ya
vamos viendo y oyendo cosas: cerca de varios cotos de caza, las perdices se
hacen notar con ese característico chuchear. Cucos, abubillas, jilgueros, mirlos, golondrinas y
otros visitantes alados, nos sorprenden igualmente. Nuestra cámara también se
entretiene con alguna que otra planta como las dedaleras, umbelíferas o
compuestas. Sitiadas por insectos que se afanan en polinizar sus flores o que
merodean por sus tallos, jugamos a buscar alguna foto con más detalle de su
anatomía. Entre mariquitas, mariposas, grandes mosquitos y varios más, nos
llevamos muchas imágenes y alguna que otra picadura. Como nota curiosa, pudimos
ver neurópteros como algunas crisopas y unas cuantas Nemoptera bipennis
que nos hicieron correr, para verlas más de cerca, entre el alto pasto ya seco.
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Por ahí no |
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Con mucha atención |
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Muy bonita la dedalera |
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Nos vino al dedo |
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Tiempo de mariposas |
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Una chiquitita |
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Una crisopa - Un insecto de alas transparentes - |
Por una pista de tierra, con muy
poca dificultad y sin bifurcaciones, el paseo nos invitaba a relajarnos a los
pies de sendos pinares acotados por las lindes de las fincas de caza. Sin calor
hubiera sido mucho más llevadero, pero es en esta época cuando más actividad
presentan los campos y gracias a la subida de temperaturas había muchos más
insectos.
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Imprescindible en esta época: NO HACER FUEGO |
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Siguiendo el camino |
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Contactando con la fauna local |
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Un insecto muy afanoso |
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El calor es uno de los protagonistas |
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Un gran mosquito
- Tipula maxima - |
Cuando acabamos de ver esta zona, nos acercamos a
un riachuelo en otro sitio un poco más oculto y el croar de las ranas se
convertía en un concierto al aire libre. Algo que nos hizo cambiar el gesto fue
ver a un lagarto ocelado y una lagartija que estaban muertos debido a que algún
coche les había pasado por encima. Los atropellos de fauna son frecuentes y son
una de las principales causas de mortalidad en áreas de campo cercanas a las
carreteras.
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Lagarto ocelado atropellado |
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Lagartija colilarga |
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Otra crisopa |
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Recogiendo polen |
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Nemoptera bipennis |
Ahora os enseñamos otras cuantas
fotos más que hicimos. Es solamente una pequeña selección, nuestra cámara suele
disparar sin parar y no hay espacio material para tantas imágenes. Esperamos
que os gusten; ya sabéis que para verlas en grande basta con pulsar sobre
ellas.
HASTA PRONTO
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