¡Ya tenemos la solución a la pregunta de ayer!
Una simpática ranita de San Antón (Hyla arborea)
que nos observaba tranquilamente desde su hoja.
Lo que veíamos era, por supuesto, su ojo. Los ojos de los anfibios pueden ver en colores, como los nuestros, y en algunos casos también en la oscuridad. Son muy sensibles al movimiento, y cuando están en reposo, enfocan hacia objetos lejanos. Para enfocar de cerca, ranas y sapos deben adelantar un poco el cristalino.
¡Siempre es bueno saber ver el mundo
con los ojos de los demás!
No hay comentarios:
Publicar un comentario