El cardo corredor (Eryngium
campestre) es una de las hierbas más comunes en nuestros campos. A pesar de
su aspecto y su nombre, no es un auténtico cardo, plantas que pertenecen a la
familia de las compuestas. El cardo corredor es en realidad una umbelífera,
como el hinojo, la cicuta o la zanahoria. Sin embargo, su aspecto espinoso y la
forma de su “flor” han hecho que el saber popular los nombrara como cardos.
Es una planta perenne que puede alcanzar los 70cm de altura, con flores azuladas. Sirve para depurar la sangre y combate las infecciones de las vías urinarias. Además es diurético, expectorante y regulador de la menstruación.
Si algo hace peculiar a esta planta es la simbiosis que realiza con un hongo relativamente famoso: la seta de cardo (Pleurotus eryngii). Este hongo conecta con las raíces del cardo corredor en un tipo de unión llamado micorriza, que resulta beneficiosa tanto para la planta como para el hongo. Mientras éste consigue parte de la savia bruta del cardo, devuelve a cambio minerales y nutrientes que la planta es incapaz de extraer del suelo.
UNA CURIOSIDAD MÁS
Se llama "cardo corredor" porque en otoño el viento arranca y arrastra el tallo seco, haciéndolo rodar y favoreciendo la dispersión de las semillas de la planta.
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