La vida de un escarabajo parece bastante sencilla, pero nada más lejos de la realidad. Escarabajos hay muchos, y no todos viven de la misma manera. Si pensamos en uno muy conocido, el escarabajo pelotero (Scarabaeus sacer) directamente lo primero que se nos pasa por la cabeza es verlo en esta imagen tan particular:
Haciendo bien la pelota |
Los escarabajos de muchas especies cumplen un papel primordial en la autogestión de los ecosistemas. Estos en particular son de dieta coprófaga, sus larvas se alimentan de excrementos de otros animales. Los adultos también comen estiércol, llegando incluso a pelearse ocasionalmente por apropiarse de él. Favorecen la fertilización del suelo a través de acelerar el proceso de descomposición de las heces, incorporando grandes cantidades en el sustrato. Sin su actuación, se acumularían demasiados excrementos para que el ecosistema pueda persistir sin tener problemas.
Fabrican una bola con el estiércol para transportarla con la ayuda de sus patas traseras y posteriormente enterrarla depositando en ella sus huevos, de donde posteriormente sus larvas obtendrán el alimento necesario.
Las patas del escarabajo pelotero son iguales a las de otros escarabajos de su género. Pero a diferencia del resto de coleópteros, no terminan en tarsos reconocibles, sino en una especie de "pala" muy útil para la excavación.
UNA CURIOSIDAD
El escarabajo pelotero se llama "Scarabaeus sacer" porque su nombre en latín, el que corresponde a la especie "sacer", significa "sagrado". En tiempos de los egipcios, era un animal consagrado al dios Ra y se creía que el sol era una enorme bola arrastrada por un escarabajo pelotero.
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