Retomamos nuestra aventura por el País Vasco pasando a contaros nuestro tercer día por allí. Como siempre, después de un sabroso desayuno en "La Casa Vieja" (con una habitación de lujo y una dueña de lo más maja) salimos para visitar el Parque Natural de Izki, haiendo una pequeña ruta a lo largo de un cañón calizo excavado por el río. Además de un paisaje maravilloso pudimos ver unas cuantas aves y - sorpresa - varios excrementos bastante frescos de mustélido (seguramente garduña). Por desgracia, los tímidos animalitos no se dejaron ver. Otra vez será...
Pero el plato fuerte nos esperaba por la tarde. Habíamos llamado y reservado una visita guiada a la cueva de Arrikrutz, cerca del pueblo de Oñati. Los que nos conocéis, sabéis cuánto nos entusiasman todas estas pequeñas maravillas geológicas, y esta cueva no nos dejó indiferentes. Para empezar, tuvieron el acierto de dividir en dos el grupo que había para la hora acordada, ya que era demasiado numeroso (casi cincuenta personas) y eso habría deslucido la experiencia. El recorrido, como suele ser el caso, es de una hora, durante la cual pueden contemplarse las obras de arte que el agua es capaz de esculpir en la caliza, con toda la variedad de espeleotemas (el nombre genérico que reciben formaciones como las estalactitas, estalagmitas, travertinos e incluso un par de ellos que descubrimos nuevos: los "gours" o estanques calizos y las banderolas). Pudimos ver también algunos ejemplos de helictitas o estalactitas excéntricas, como las que encontramos en las Cuevas de El Soplao. Debido a las reglas de la visita, no pudimos sacar fotos, pero os aseguramos que la visita merece la pena, sobre todo si os interesa el tema.
Solo nos queda una entrada para contaros nuestro viaje por Álava ¡Permaneced atentos! Mientras tanto, os dejamos con las fotos del día...
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