En el anterior capítulo de la Tribu de los Bosquienanos, teníamos pendiente terminar de contaros la historia de Javi, nuestro jabalí, otro miembro más de la Tribu.
Si os acordáis empezaba así...
Todo comenzó hace mucho, mucho tiempo, cuando en la charca negra debajo de aquella encina se asomó un pequeño rayón, llamado Javi, que buscaba algunas bellotas que llevarse al hocico...
Javi hozaba muy feliz y se ponía las botas con las bellotas.
Eran su comida favorita. A veces le daba por probar otros manjares como las trufas ¡Qué ricas están!
Un día, trotando y trotando, a Javi le llegó un olor muy dulce y fresquito que hizo que la panza le rugiera. "¿Qué será eso?", se preguntó, y trotando y trotando siguió el olor.
¡Qué sorpresa se llevó! En un claro del bosque había un erizo, acompañado de pajaritos, un zorro y otros animales, todos entretenidos recogiendo frambuesas.
"¿Qué estáis haciendo? Yo también quiero participar", dijo Javi. "Yo soy Pinchitos", respondió el erizo, "y mis amigos y yo somos de la Tribu de los Bosquienanos. Si te apuntas, te lo pasarás en grande. Hacemos un montón de juegos y cosas chulas."
Javi dijo que sí, y se puso a recoger frambuesas con sus nuevos amigos. ¡Menudo fichaje es este personaje!
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