La Naturaleza desde la Naturaleza

¿Qué es mejor: ver la foto de un conejo o ver al conejo en vivo y en directo? Con esta sencilla disertación se explica muy bien lo que queremos transmitiros hoy con esta entrada. En internet y por otros medios podemos encontrar cantidad de imágenes y de información sobre animales o plantas y Naturaleza en general, que no dejan de ser impresionantes, pero no son comparables a ver con nuestros propios ojos y dejar grabado en nuestro disco duro del recuerdo esas mismas imágenes contempladas en persona.

 

Poder ver con nuestros ojos todas esas cosas nos abre la mente y nos facilita entender cómo ocurren y también nos anima a hacerlas nuestras. De ahí la importancia de que la gente, y en especial los niños y niñas, acudan a la clamorosa llamada de la Naturaleza, que salgan con más frecuencia a sentir ese latir vibrante del espectáculo que cada día nos ofrece. Cada vez más se percibe cómo se está perdiendo el vínculo con lo salvaje, cómo se enmascara nuestra necesidad de vivir con la Naturaleza por rodearnos de comodidades, cómo las generaciones más jóvenes no se conectan al mundo si no es con su Tablet o Smartphone... parece mentira que se nos haya olvidado tan pronto de dónde venimos...

 

Antes se hablaba de primer mundo, países en desarrollo y tercer mundo. Ahora, a nuestro juicio, esta catalogación sería en base a la tecnología disponible y, mientras hay un mundo que se desvive por tener la última tecnología y abrirse paso en la brecha digital, hay otro mundo no muy lejos que lo que quiere es paz y poder comer cada día. No estamos en contra de la tecnología, pero sí pensamos que deberían existir otras prioridades. Y en cuanto a lo que nos concierne en esta entrada, si cambiásemos el Trending Topic de ser los primeros en lanzar consignas mundiales que se quedan en agua de borrajas por pensar más en la Naturaleza de verdad, en conectarnos realmente con ella, en ver al conejo y admirarlo con nuestros propios ojos, podríamos llegar mucho más lejos. Hay gente que utiliza todos los dispositivos tecnológicos a su alcance para hablar de conservación de la Naturaleza y luego pisa menos el campo que las amapolas. Y hay mucha gente que incluso se cree que está todo hecho con twittear incansablemente mensajes o ir al campo a hacerse una foto rodeado de niños (como si de un político en plena campaña electoral se tratase) y volverse para casa sin más ni más, solamente con la intención de subir la foto y hacer propaganda de "lo mucho que nos importa la Naturaleza". A la Naturaleza se la mira con los ojos del Corazón, con la sensibilidad de estremecerse ante su majestuosidad y con las ganas de cuidar de ella activamente, para que perdure el máximo tiempo posible. Todo esto desde la sinceridad, desde lo estrechamente que nos toca la fibra... y no desde querer ser más conocido que nadie por alzarse como el único y exclusivo adalid en pro de la Naturaleza.

 

 

Durante una ruta con profesores

 

 

  

Pero no todo está perdido, ni mucho menos. Entre muchas miradas que se giran para otro lado se alza una voz enérgica que tiene mucho que decir: la de los que aún quedamos combatiendo por estos ideales auténticos de protección y cariño hacia nuestro entorno. Somos pocos, pero con las fuerzas suficientes para seguir al frente por mucho tiempo. Lejos del discurso fatalista, siempre hay que conservar la esperanza de que, aun quedando mucho por hacer, hemos ganado mucho también, el camino se va allanando.

Somos Educadores y sabemos lo complicado que se ha puesto todo, pero no queremos dejarnos llevar por los pesares que nos azotan. Cada vez que vemos cómo nuestro trabajo da sus frutos tenemos más ganas de continuar con nuestra labor. Si en lugar de ser tan dependientes de la tecnología necesitásemos más la conexión con nuestro entorno, las cosas adquirirían un matiz bien distinto. Y ahí es donde entramos nosotros los Educadores, como hilo conductor del mensaje de conservación de la Naturaleza, como vínculo entre la sociedad y el medio ambiente. Necesitamos a la Naturaleza, es algo que todos sabemos, pero no todos quieren admitirlo o saben verlo y ahí es donde empieza nuestra labor de educación, en mostrárselo.

 

Si nos dejaran más tiempo para emplearlo en tareas educativas relacionadas con la Naturaleza podríamos hacer mucho con muy poco, pues posee recursos casi ilimitados de aprendizaje y para la concienciación y sensibilización. Desde lo más inusual, como ver el vuelo de un águila imperial ibérica, a lo más cotidiano, como observar los baños de arena que se dan los simpáticos gorriones, son cosas que despiertan el interés por ir conociendo cada día un poquito más si cabe sobre estas maravillas naturales.

 

A la Naturaleza tenemos que llegar desde la Naturaleza, y aunque pensemos "el conejo siempre va a estar ahí para verlo", esperamos que no haya un día de tener que mirarlo exclusivamente a través de una foto en un Smartphone...