Seguimos con otra entrada dedicada
a contaros más cosas sobre la ruta
que hicimos por Peguerinos.
El intenso sol que nos acompañó toda la mañana dificultaba la tarea de hacer fotografías con buena luz, sobre todo cuando alguno de los protagonistas decide colocarse justo a contraluz. En una constante "ceguera" y guiñar los ojos, poder enfocar y ver bien los colores que plasmar en la imagen era muy complicado.
Además del águila culebrera portando en el pico una culebra con la que saciar su apetito, también varios escribanos (soteño y montesino) acudieron a la cita. Las imágenes que veis son testimoniales; entre la luz que había y la distancia a la que se encontraban, bastante lejos del alcance de nuestro objetivo de la cámara, solamente podemos dar fe de que estaban rondando por allí. Cuervos, rabilargos, currucas (carrasqueña y cabecinegra), palomas torcaces, carboneros comunes y garrapinos, cucos en su canto reiterativo, abubillas, buitres (negro y leonado), varios milanos, cormoranes, ánades reales, mirlos, petirrojos y un largo etcétera, traían ajetreo y mucho trabajo con los prismáticos en nuestro intento de poder verlo todo. Si a eso le añadimos que multitud de mariposas se cruzaban por el camino, especies vegetales de todo tipo se abrían paso bordeando la zona, el arroyo de Navalacuerda y el embalse de la Aceña estaban espectaculares y que había muchos rastros a ras del suelo, podemos decir que la jornada fue pletórica, aunque no pudiéramos concluir la ruta.
Para recorrer esta senda, es aconsejable salir desde Peguerinos hasta llegar al cementerio. Allí podéis empezar a caminar bordeando el embalse, por una pista de asfalto. Más o menos a una hora del inicio se acaba esta pista y, tras cruzar el arroyo de Navalacuerda, hay que coger otra pista de tierra que permite subir en otra hora más, sin separarse del regato, hasta la casa de la Cueva.
Nosotros llegamos hasta este lugar, no tuvimos más tiempo para continuar. Pero sabemos que si la hacéis al completo, además de todos los regalos que vayan apareciendo al compás de vuestros pasos, os espera un paisaje espectacular, mariposas a raudales, poder ver la placa en bronce sobre la bonita Graellsia, una gran variedad de aves, respirar un aire bien limpio y puro por esos pinares y un sinfín de cosas más. Por mucho que pensemos que lo hemos visto todo, siempre hay que guardar en el tintero el deseo y la intención de volver y ver de nuevo...
Ahora unas cuantas fotos más.
¡ Esperamos que os gusten !
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| Escribano soteño a contraluz - I - |
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| Escribano montesino - I - |
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| Escribano montesino - II - |
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| Un narciso en todo su esplendor |
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| Agalla de Diplolepis rosae |
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| Observando cormoranes con atención |
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| Otra agalla sobre un escaramujo |
Y CON ESTAS DOS SOFÍAS DE PROTAGONISTAS...
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| - Dos mariposas sofía sobre mi dedo en pleno arranque amoroso - Issoria lathonia |
¡ OS DECIMOS HASTA LA VISTA !
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