Continuamos con otra entrada más dedicada a las actividades que se pueden hacer con grupos de chavales teniendo como hilo conductor y como el mejor escenario y campo de juego a la Naturaleza. Después de la que hicimos pensando en algunos juegos para resolver conflictos, esta vez van a ser juegos para potenciar el desarrollo del aparato locomotor y trabajar los movimientos y la expresividad corporal.
JUEGOS PARA EL DESARROLLO LOCOMOTOR
La finalidad de estas actividades, además de la diversión, es que conozcan mejor cómo funcionan sus músculos y articulaciones practicando algo de ejercicio físico mientras aprenden cosas de la Naturaleza. En chavales con movilidad reducida se podrían hacer algunas adaptaciones de estos juegos. Conocer nuestros cuerpos de esta manera también nos hace estar en contacto con la Naturaleza y aprender conceptos de forma transversal.
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ME SIENTO TORTUGA
Objetivos
Conocer un poco mejor cómo son los movimientos de las tortugas. Concienciar a los chavales sobre el reciclaje y el uso de las bolsas de plástico que dañan a muchos animales marinos y algunas especies terrestres. Apreciar el valor real del tiempo al ir muy despacito como si fuesen por ejemplo la tortuga Casiopea, capaz de predecir el futuro anticipándose a todo; es un personaje de Momo, una historia de Michael Ende.
Número de participantes
Entre 15 o 20 chavales, nunca más de veinte. Las edades recomendables van de los 6 años hasta los 12. Si los adultos se animan, también puede ser divertido para ellos-as.
Entre 15 o 20 chavales, nunca más de veinte. Las edades recomendables van de los 6 años hasta los 12. Si los adultos se animan, también puede ser divertido para ellos-as.
Antes de empezar a jugar
Buscar algo que se acople a la espalda de los chavales para que les pueda servir como si fuera el caparazón de la tortuga. Puede valer un "artilugio" creado a partir de una bolsa de basura acolchada mediante un poco de tela vieja y cerrada. Después se anuda a cada chaval para que se les sujete bien cuando se vayan moviendo por el escenario de juego. Hay que buscar una zona abierta de campo que no tenga muchos obstáculos por el camino ni tampoco basura. Una variante que se puede poner en práctica es con los chavales manteniendo los ojos vendados y que se muevan aleatoriamente, con la posibilidad de que las tortugas lleguen a encontrarse y chocarse. Hay que delimitar de alguna manera el terreno donde se va a poner en práctica el juego.
Buscar algo que se acople a la espalda de los chavales para que les pueda servir como si fuera el caparazón de la tortuga. Puede valer un "artilugio" creado a partir de una bolsa de basura acolchada mediante un poco de tela vieja y cerrada. Después se anuda a cada chaval para que se les sujete bien cuando se vayan moviendo por el escenario de juego. Hay que buscar una zona abierta de campo que no tenga muchos obstáculos por el camino ni tampoco basura. Una variante que se puede poner en práctica es con los chavales manteniendo los ojos vendados y que se muevan aleatoriamente, con la posibilidad de que las tortugas lleguen a encontrarse y chocarse. Hay que delimitar de alguna manera el terreno donde se va a poner en práctica el juego.
Desarrollo del juego
Todas las tortuguitas se esparcen por el campo de juego sin molestarse mutuamente. Se ponen con las rodillas sobre el terreno y las manos estiradas y apoyadas en el suelo, es decir, a cuatro patas, y portando a sus espaldas la bolsa-caparazón. Se empiezan a mover muy, muy lentamente, intentando no despegarse nunca del suelo. Cuando el educador/monitor dé una palmada, las tortugas cambian su posición bruscamente y se ponen panza arriba, con el caparazón apoyado contra el suelo. Tendrán que estar así un ratito y después intentar darse de nuevo la vuelta para recobrar su posición original. Da pie a muchas risas. Si alguno no lo consigue y le cuesta algo de trabajo, el educador vuelve a dar una palmada y se vuelven a colocar solos o les ayuda.
Todas las tortuguitas se esparcen por el campo de juego sin molestarse mutuamente. Se ponen con las rodillas sobre el terreno y las manos estiradas y apoyadas en el suelo, es decir, a cuatro patas, y portando a sus espaldas la bolsa-caparazón. Se empiezan a mover muy, muy lentamente, intentando no despegarse nunca del suelo. Cuando el educador/monitor dé una palmada, las tortugas cambian su posición bruscamente y se ponen panza arriba, con el caparazón apoyado contra el suelo. Tendrán que estar así un ratito y después intentar darse de nuevo la vuelta para recobrar su posición original. Da pie a muchas risas. Si alguno no lo consigue y le cuesta algo de trabajo, el educador vuelve a dar una palmada y se vuelven a colocar solos o les ayuda.
Algunas recomendaciones
Además de todo lo dicho anteriormente, podemos utilizar el recurso de hablar sobre la importancia del tratamiento de residuos. Viene muy bien hacerles pensar que, con la bolsa-caparazón que portan a sus espaldas (hecha de plástico, si es una bolsa de basura, por ejemplo) muchos animales sufren y llegan a morir atrapados en ellas. Por no decir el daño que ocasionan en los ecosistemas. Igual que la bolsa la hemos transformado en un elemento más del juego, dándole un segundo uso, podemos introducir otras consignas y hablar de otras cosas que solemos tirar a la basura cuando podríamos reutilizarlas; viene muy bien para que se conciencien un poco más si cabe del uso abusivo de cosas hechas de plástico en nuestra vida cotidiana.
No tendría por qué haber problemas de conducta o de comportamiento entre ellos. Si detectamos en algún momento que los chavales no entran bien en la dinámica, hay que intentar desarrollar la actividad buscando otras alternativas. Al finalizar el juego, siempre que les apetezca, podemos hacer con ellos esta manualidad , que cuenta con Casiopea de protagonista.
Además de todo lo dicho anteriormente, podemos utilizar el recurso de hablar sobre la importancia del tratamiento de residuos. Viene muy bien hacerles pensar que, con la bolsa-caparazón que portan a sus espaldas (hecha de plástico, si es una bolsa de basura, por ejemplo) muchos animales sufren y llegan a morir atrapados en ellas. Por no decir el daño que ocasionan en los ecosistemas. Igual que la bolsa la hemos transformado en un elemento más del juego, dándole un segundo uso, podemos introducir otras consignas y hablar de otras cosas que solemos tirar a la basura cuando podríamos reutilizarlas; viene muy bien para que se conciencien un poco más si cabe del uso abusivo de cosas hechas de plástico en nuestra vida cotidiana.
No tendría por qué haber problemas de conducta o de comportamiento entre ellos. Si detectamos en algún momento que los chavales no entran bien en la dinámica, hay que intentar desarrollar la actividad buscando otras alternativas. Al finalizar el juego, siempre que les apetezca, podemos hacer con ellos esta manualidad , que cuenta con Casiopea de protagonista.
HOJAS A LA CARRERA
Objetivos
Desarrollar un poco más la capacidad pulmonar y el control de la respiración. Practicar la coordinación de movimientos. Hacer algo de ejercicio físico. Conocer cómo son las plantas de hoja caduca. Colaboración entre equipos.
Desarrollar un poco más la capacidad pulmonar y el control de la respiración. Practicar la coordinación de movimientos. Hacer algo de ejercicio físico. Conocer cómo son las plantas de hoja caduca. Colaboración entre equipos.
Número de participantes
Un grupo no muy numeroso, de unos 15 o veinte chavales. Se hacen dos equipos, tiene que ser un número par de participantes para que cada equipo tenga los mismos integrantes. La edad aconsejable es de niños que tengan entre 4 y 9 años. Igual que otras actividades, se puede proponer para personas con otra edad.
Un grupo no muy numeroso, de unos 15 o veinte chavales. Se hacen dos equipos, tiene que ser un número par de participantes para que cada equipo tenga los mismos integrantes. La edad aconsejable es de niños que tengan entre 4 y 9 años. Igual que otras actividades, se puede proponer para personas con otra edad.
Antes de empezar a jugar
Buscar algunas hojas que estén en el suelo, nunca debemos arrancar ninguna, no es necesario. Para jugar debemos buscar un lugar donde el terreno sea lo más llano posible y que no tenga basura orgánica ni otros desperdicios; tampoco se recomiendan zonas arenosas o con piedrecitas, ya que se podrían raspar las manos. Lo mejor es una zona de césped o de hierba despejada que no esté demasiado húmeda.
Buscar algunas hojas que estén en el suelo, nunca debemos arrancar ninguna, no es necesario. Para jugar debemos buscar un lugar donde el terreno sea lo más llano posible y que no tenga basura orgánica ni otros desperdicios; tampoco se recomiendan zonas arenosas o con piedrecitas, ya que se podrían raspar las manos. Lo mejor es una zona de césped o de hierba despejada que no esté demasiado húmeda.
Desarrollo del juego
Cada uno de los dos equipos se sitúan en fila india mirando para adelante y posicionados en cuclillas y tocando el suelo con las manos, como si estuvieran en una pose similar a la de una rana que va a dar un salto. Delante de ellos se deja sobre el suelo una hoja seca que tendrán que ir desplazando hacia adelante y sin tocarla, solamente con soplidos. En una carrera de relevos, cuando uno se canse de soplar se pone el siguiente miembro del equipo en su lugar, tienen que desplazar la hoja lo más lejos posible a base de saltos. El tiempo del juego lo marca el educador/monitor. Gana el equipo que haga llegar la hoja más lejos.
Cada uno de los dos equipos se sitúan en fila india mirando para adelante y posicionados en cuclillas y tocando el suelo con las manos, como si estuvieran en una pose similar a la de una rana que va a dar un salto. Delante de ellos se deja sobre el suelo una hoja seca que tendrán que ir desplazando hacia adelante y sin tocarla, solamente con soplidos. En una carrera de relevos, cuando uno se canse de soplar se pone el siguiente miembro del equipo en su lugar, tienen que desplazar la hoja lo más lejos posible a base de saltos. El tiempo del juego lo marca el educador/monitor. Gana el equipo que haga llegar la hoja más lejos.
Algunas recomendaciones
Si se trata de niños muy pequeños, se puede hacer echados totalmente sobre el suelo para que no se cansen tanto. Hacer algún descanso entre cada ronda también es aconsejable. Después de acabado el juego se les puede contar un cuento o algo similar sobre una hoja voladora de un árbol caduca (podemos elegir la especie que más nos guste) que termina por caer y marchar lejos. Si se les cuenta esta historia con los chavales formando un círculo sobre la hierba y con los ojos cerrados y el educador pasando por detrás de ellos y de vez en cuando que les sopla sobre sus caritas o bien gastándoles una broma o bien de forma sutilmente bonita susurrándoles algo al oído, pueden surgir momentos muy emotivos, entrañables y de risas constantes.
Si se trata de niños muy pequeños, se puede hacer echados totalmente sobre el suelo para que no se cansen tanto. Hacer algún descanso entre cada ronda también es aconsejable. Después de acabado el juego se les puede contar un cuento o algo similar sobre una hoja voladora de un árbol caduca (podemos elegir la especie que más nos guste) que termina por caer y marchar lejos. Si se les cuenta esta historia con los chavales formando un círculo sobre la hierba y con los ojos cerrados y el educador pasando por detrás de ellos y de vez en cuando que les sopla sobre sus caritas o bien gastándoles una broma o bien de forma sutilmente bonita susurrándoles algo al oído, pueden surgir momentos muy emotivos, entrañables y de risas constantes.
CAÍSTE EN LA RED
Objetivos
Potenciar el sentido del ritmo y el movimiento. Conocer los cantos de algunas aves. Aprender algunas cosas relacionadas con el anillamiento científico de aves.
Número de participantes
A ser posible un grupo numeroso, más de 15 chavales, pero no excesivamente grande. Muy recomendable para niños de 4 a 8 años, aunque también se puede probar esta dinámica con algunos de más edad o incluso personas adultas.
Antes de empezar a jugar
Debemos tener a mano un CD (o algo similar) y un reproductor de sonidos para que suenen diversos cantos de aves. Podemos escoger uno que funcione con pilas o batería y así el juego puede hacerse al aire libre. Si con este sonido los chavales no se animasen a participar del todo, se puede crear una ambientación musical donde además del canto del ave que hayamos escogido, suene de fondo alguna música animada para que se pongan a bailar y así divertirse aún más.
Desarrollo del juego
Se forman dos grupos. Uno de los grupos se pone en corro y hará el papel de la red de anillamiento. El otro grupo de niños serán los pajarillos que intentan atravesar la red. El educador pone el canto de un ave durante un tiempo y el corro de chavales que hacen el papel de red gira dando vueltas y con las manos libres, moviéndose al compás del sonido. Mientras esto ocurre, los pajarillos, atraídos por el reclamo de la red, tienen que intentar atravesarla sin caer en ella, entrando y saliendo de la red mientras corren. Cuando el educador pare el sonido, la red se cierra dándose las manos los niños del corro y aquel pajarillo que quede dentro del círculo ya no podrá salir. Los que son capturados forman parte de la red y de nuevo vuelve a sonar el canto del ave hasta que se forme solamente una red y queden "ENredados".
Algunas recomendaciones
Además de hacer este juego, luego se puede reunir de nuevo a todo el grupo de chavales y explicarles cosas sobre aves y su anillamiento científico. Si el juego se hace bien, puede ser muy divertido, didáctico y da pie a que se muevan mucho. El educador debe intentar en todo momento pautar el tiempo dedicado a cada tarea: juego-explicación. Si se acompaña con una ruta por el campo para ver aves hablándoles de sus cantos, mucho mejor. En caso de que haya oportunidad, también existen actividades dedicadas al anillamiento científico de aves para que lo puedan ver "in-situ".
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¡ Muy pronto muchas más
ACTIVIDADES !
Ya sabes que solo es cuestión de esperar un milipliki ;P
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