Salida a los volcanes de Calatrava y Daimiel

Como os adelantamos hace un par de días, teníamos programada una salida para este fin de semana para volver una vez más a recorrer las Tablas de Daimiel y para acercarnos también a conocer los volcanes de la zona de Calatrava. 

En esta ocasión el enfoque de la actividad era profundizar en conocimientos geológicos de los dos sitios, ya que el profesor que organizó la salida, Mariano L., es todo un experto en la materia. 

Sin dejar de lado las observaciones de fauna y flora, no nos perdimos detalle de todo lo que nos fue contando. Gracias a él aprendimos cosas como cuál es el origen de esos volcanes en un sitio tan insólito, qué son los las lavas vacuolares, qué es un maar (está bien escrito), dónde encontrar xenocristales de olivino, qué se entiende por PIG (Punto de Interés Geológico), el funcionamiento de la dinámica geológica del acuífero 23 que surte de agua a las Tablas de Daimiel, cómo diferenciar volcanes estrombolianos de hidromagmáticos y otras muchas curiosidades. La verdad es que conocía a fondo la zona y lo contó todo con mucho detalle y muy buena disposición. El itinerario estaba muy bien planificado y, a pesar de las previsiones meteorológicas, pudimos cumplir con la visita de los objetivos previstos. 

Todos los participantes llegamos a la cita con una puntualidad inglesa, con un cielo bastante encapotado y un viento fresco acompañándonos buena parte de la jornada, el gran ánimo de todos era notorio. Primero fuimos a la Laguna de la Posadilla y allí nos esperaba un impresionante maar que era testigo del vulcanismo del lugar. A continuación, el siguiente punto era el volcán de Cabeza del Rey y lo vimos desde el coche. Uno más, donde el sol hizo acto de presencia y sacamos los bocatas, fue el volcán del Cerro de Águila, en el cual una increíble cantera de coladas basálticas pintaba el paisaje de épocas pretéritas. 

Ya después de comer, fuimos al volcán del Cerro de los Molinos, situado el este de Almodóvar del Campo. Con un cono volcánico de 45 metros de altura y 4.000 metros de perímetro, dejaba ver grandes formaciones como los piroclastos de basalto. 

Poco pudimos estirar más la salida, salvo visitar también las Tablas de Daimiel. Siendo sábado y con las noticias tan prometedoras de poder verlas repletas de agua, eso era una romería incesante de vehículos de todo tipo. Las aves acuáticas, muy poco por la labor de aparecer ante tanto trajín, se escondían entre el carrizal para pasar desapercibidas, aunque pudimos ver y escuchar bastantes de ellas. 

Por ambientar un poco la entrada, no podían faltar imágenes de lo que dio de sí el día. Somormujos, patos colorados, abubillas, trigueros, fochas, mosquiteros, azulones, palomas torcaces, milanos, zampullines, fumareles, cigüeñuelas, pitos reales, aviones, urracas, golondrinas, vencejos, abejarucos, buitres, petirrojos, carboneros, gaviotas y otras tantas aves para incluir en una amplia lista, hicieron acto de presencia y algunas de ellas podéis verlas en las fotografías que os enseñamos a continuación: