Existen muchos lugares en el mundo donde no podrán leer esto que escribo en estos momentos. Esos lugares aún indómitos, alejados del contacto habitual con los medios tecnológicos, nada tienen que ver con la realidad cotidiana de este otro mundo donde mucha gente sucumbe a la rutina de teclear cualquier cosa.
Parece mentira que aún queden esos sitios en el mapa donde no conocen qué es un "tweet" o el último modelo de iPhone es solamente el atrezzo de una película americana de reciente estreno.
Pero así es, esos lugares existen. Y, aunque no lleguen a leer nada de esto, donde no llega la conexión a internet la gente vive con más autonomía algunas veces. Solamente algunas veces, porque queramos o no el vínculo entre el desarrollo de un país y los avances tecnológicos es muy estrecho.
Si antes de que todo este sistema de comunicaciones se desbordara hubiéramos pensado en un modelo realmente útil para todos, muchos rincones contarían también con un buen servicio de internet para ellos.
Y seguimos alimentando más paradojas incomprensibles... mientras muchos se pelean por conseguir innovar y no pueden desengancharse de cualquier tipo de pantalla, a la vez se ofertan alternativas de ocio algo snob para irse unos días de vacaciones de desconexión total, donde por ejemplo inhiben la frecuencia de los teléfonos móviles para que no puedas hacer ninguna llamada.
Si hablamos de la utilidad "real" para el medioambiente, para la naturaleza supone un dilema difícil: internet SÍ porque ayuda a su conservación, pero internet a veces NO porque la doblega a la civilización y la domestica.
"La virtud es un término medio entre dos extremos igualmente viciosos" dijo Aristóteles, y nos quedamos con esta frase. Nosotros somos de utilizar estos recursos, pero lo justo. Y si tuviéramos que decidir con cuál de las dos opciones (conexión - desconexión) nos quedaríamos en caso de que nos dieran a elegir, nos quedaríamos con la desconexión, aunque eso supusiera dejar de escribir en muchas de nuestras páginas.
Lo siguiente que haríamos sería irnos a un lugar donde los buenos cuentos como éste tengan cabida... pongamos que hablo de las Alpujarras...
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